Teresa Palacio tiene más de tres décadas viviendo en Estados Unidos, las mismas que no ha podido ver a sus padres, quienes continúan en México y no cuentan con una visa para poder visitarla en California.
“Tengo 32 años (sin verlos). Me siento triste, pero son las consecuencias de venirnos para acá (a los Estados Unidos)”, cuenta con lágrimas en los ojos desde su apartamento en San Francisco.
Su situación es la que comparten millones de inmigrantes mexicanos que emprenden la travesía a EEUU en busca de un mejor futuro, dejando atrás a sus seres queridos, con quienes en ocasiones vuelven a reencontrarse hasta el momento de la sepultura.
“Eso duele, duele mucho porque quisiera volverlos a ver, pero vivos, no muertos”, señala Teresa.
Cómo ayuda el programa a reunificar familias
El Programa de Reunificación Familiar, antes conocido como “Palomas mensajeras”, tiene como objetivo reunificar a las familias mexicanas que han sido separadas por las dinámicas migratorias, con un enfoque en los padres o abuelos de la tercera edad que se quedaron en México.
Este programa, que lleva operando alrededor de 14 años, apoya a los familiares directos mayores de 58 años de personas que emigraron a los Estados Unidos a tramitar una visa temporal para reencontrarse con sus seres queridos, explica Juan Pablo Zetina, presidente de la Convención de Derechos Humanos e Inmigración con sede en San Francisco.
“En este diciembre (de 2022) llevamos ya 10 grupos a la embajada. De esos 10 grupos de 250 personas, nos otorgaron la visa para 232. Obviamente les decimos: ‘nosotros en ningún momento ofrecemos una visa, ofrecemos un procedimiento, un respaldo con una plataforma autorizada, con una gran experiencia’”, indicó.
Inmigrantes como Teresa son los candidatos perfectos para beneficiarse de este programa: sus padres, de 90 y 87 años, viven en Guanajuato, México, y lleva 32 años sin verlos. Además, su estatus de indocumentada le impide poder viajar a ese país para visitarlos.
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