Los más de 11.000 inmigrantes, en su mayoría de Centro y Sudamérica, que ha recibido Nueva York desde el pasado junio, y que han sido enviados a albergues de la ciudad, ha puesto en peligro ese sistema, que según el alcalde Eric Adams “está llegando a su punto de ruptura”.
“Esta administración, por sí sola, ha brindado albergue, atención médica, educación y una serie de otros servicios de manera segura y eficiente a más de 11.000 personas, principalmente de América Central y del Sur, que buscan una vida mejor”, recordó hoy el alcalde en un comunicado.
Ese esfuerzo, agregó Adams, ha requerido, “y seguirá requiriendo, los esfuerzos de todo nuestro equipo, y se ha convertido en una realidad que ningún funcionario de la ciudad, defensor o tribunal jamás podría haber contemplado”.
Estos emigrantes, que buscan asilo en Estados Unidos, en gran medida venezolanos que huyen de la difícil situación política y económica de su país, han sido enviados por la Administración del gobernador republicano de Texas, Greg Abbott.
Las ciudades de Washington primero y más recientemente la de Chicago, todas demócratas al igual que Nueva York, también han recibido a emigrantes desde Texas, llegados en autobuses abiertamente fletados por el gobierno de Abbott sin coordinación alguna con estas tres ciudades.
“En esta realidad nueva e imprevista, donde esperamos que lleguen miles más cada semana en el futuro, el sistema de la ciudad está llegando a su punto de ruptura”, advirtió Adams, que ha pedido ayuda económica al Gobierno federal.
Recent Comments